viernes, 29 de enero de 2021

Se coló, en la fila de la vacuna.

 










 

Un tradicional cuento preguntaba.

¿Por qué tienes orejas tan inmensas?

Y la voz respondía, sin dispensas.

¡Para oírte mejor! ¡Nos alertaba!

 

El mito popular nos informaba.

¿Por qué teniendo dientes, no lo intentas?

Quedando inmunizado y con defensas.

Le reprochó la voz que sustentaba.

 

Comparando ese cuento inofensivo,

con tanto sinvergüenza angelical,

que busca vacunarse compulsivo.

 

Reflejan ser los lobos, que al final.

Usando dentición y distintivo,

se cuelan en la fila antiviral.

 

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Lo bueno es que después no pasa nada,

con dimitir si lo hacen, han cumplido.

Aunque mantengan, sueldo establecido.

Con sus prebendas por acumulada

 

  

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