domingo, 22 de noviembre de 2020

Ahora no hay otra. Solo Corona.

Pues mira, después de retrasarle un poco mas de un año la visita y apretar para que se la hicieran por teléfono, le mandaron un SMS, al móvil para informarle que lo recibirían en el Hospital, para la Espirometría un jueves, y al día siguiente lo visitaría de forma presencial el doctor.

Bien aquel jueves cuando llegó al centro hospitalario, apenas había gente. Entendiendo la situación se dirigió a la máquina y pasó por el lector su tarjeta, pronto se imprimió un mini volante dirigiéndole dónde sería atendido. Hacia alli se personó y fue recibido por una enfermera, muy profesional, que le practicó aquella Espirometría, que necesitaba. 

Al dia siguiente volvió a visitarse, en esta ocasión, fue al lugar que le indicó el control de acceso electrónico y esperó. Al rato, sin incumplir horario, entró en la consulta. El recibimiento fue normal, un poco chungo según lo que proclamaba el mensaje que decía, fuera. Entrar solo, sin compañía, con mascarilla y puntual.

 Le recibió el médico, y fue saludado por una colega, que probable fuera una becaria en prácticas, y además por la enfermera habitual del licenciado. Con lo que decía el cartel de prohibido. Tan solo faltaba en el recinto, el director de la planta y algún que otro colega o presentador. Lo digo por aquello de la privacidad, que se la pasan por el sobaco. 

Enjuto el medico, severo. Antes de saludar le dijo al paciente con acritud, que arrastrara la silla al fondo del despacho, junto al pasillo. A tres metros y medio de su mesa y se sentara.

Muy mal doctor, aunque sea muy docto y proceda o venga, supongo que de Venezuela, pues da lo mismo, para tener algo de urbanidad y educación, pero aquel amigo.

Enfermo, asustado pensó_ que hay mal educados en todos sitios_ y aquel Caraqueño, era bastante ineducado. Con la de veces que había salido a las ocho de cada noche, a darle a las palmas de sus manos y aplaudir a la gente de la medicina. < pues, se jodió >, porque con el primer especialista que tropezó, fue con el mal carado matasanos

__quítese la camisa_, le instó al pobre paciente, asustado. Haciendo caso, se desnudó el torso y quedó con el pecho al aire.

__Aspire con fuerza y el enfermo procedió, viendo como aquella especialista muda pero no ciega, que acompañaba al creído mediquillo, se abalanzaba con su cacharrito, ese aparatito metálico y redondo, que te ponen para escucharte, por debajo de los músculos y la piel, los pobres pectorales.

Se echaron los dos, punzándole con el frescor del auscultador. Con una cara de perdona vidas, que molía. Al cabo le dijo, al empequeñecido caballero, muy bravo después de medirle el cuello con un metro, como si fuera una res, salvaje, o se tratara de la reparación de una silla.

__Usted mide mucho, está muy grueso. Y le obvió, lo despreció, hablando con la woman de la trenza.  Aquella aprendiza, que si tenía que hacerlo del susodicho Dr. Amarildo Jesús y Diosdado Pérez de Morcillaga. Lo tendría oscuro, muy opaco.

El resultado de todo aquello, quedó muy vulgar, por su parte y encima, le dijo a lo bravo

__Usted está pasado de peso. Ha de perder kilos.

El paciente viendo que no le hablaba nada del motivo de sus dolencias le preguntó

__Doctor, ya se que debo comer menos, y de la Espirometría que pasé ayer. La misma que me mandaron practicarme hace mas de un año, que me dice.

Aquel médico, si es que lo era, porque mi amigo. Lo duda, respondió así

__Le llegará un mensaje, para volver en la fecha indicada. Venga solo y con mascarilla, que aquí ya le volveremos a marear un poco.

La enfermera le preguntó, si recibía bien los mensajes por SMS, siendo afirmativa la respuesta del ya cansado, frustrado, grueso de las narices y ella con descaro, sin mirarle a la cara, tapada como un buzo, le significó

__Oiga, no ponga cara de descontento, que hay mucha gente esperando, su turno. El aguerrido paciente antes de marchar, les comentó

__Desde luego, para ser atendido, como lo hacen ustedes, casi vale la pena morirse antes y no tener que soportarlos. Se volvió a vestir y salió por la puerta 

Al cabo de 24 horas, recibió un nuevo SMS que decía

__No conteste al SMS, y siga las instrucciones, el 6 de julio del año próximo, preséntese en las dependencias ( siete meses después ), de este Hospital. Venga solo, con mascarilla y puntual.



  

 

 

 


 

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