Altas mordazas,
plano
el silencio.
Velan
misterios,
que
cubre el viento.
Soy
residente
del
esperpento,
vine
traído,
sin
más cortejo.
En
un alarde,
de
afín altura.
Vi
los detalles,
despejé
dudas.
Como
te extraño
eres
mi espuma,
siempre
he sabido
que
eres la luna.
Desde
mi nube
veo
tus sayas.
Noto
las mías,
las
dos a rayas.
Sabes
de cierto
lo
que refiero.
No
eres divina,
ni
yo, certero
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