Esplendor que ciega,
en cima dorada.Colinas benditas,
de estampa soñada.
La brisa en calma
besa mil caras.Verdad enjuagada,
por ser tan clara,
Converso en silencio
no emito templanza,frecuente simpleza
hablar sin palabras.
Estos collados
de abruptas peñas.Rasgan silentes,
heridas frescas
Miento si expreso,
no rezo al cieloy al ser de noche,
rondan deseos.
Sueño despierto,
¡Ya no soy nada!Silbo el recelo.
sonrisa atada.
Rocé el paraíso
creyendo estar yermo.Desnuda apariencia
¡Quizás ya esté muerto!
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