lunes, 8 de febrero de 2016

El pedazo de la herencia


Se cumple un año de su velatorio
Adiós, se marchó sin ser un modelo
y el último pecado del abuelo,
dar un padecimiento vejatorio.

Todo lo preparó en su repertorio,
disponiendo a notario con desvelo
él,  que aun quiso ser el reyezuelo
disfrutándoles, desde el purgatorio.

Que decepción más grandiosa tuvieron
todos los buitres de la gran camada,
por querer agarrar y no supieron

La llamada fortuna aproximada,
aquella que esperaban y sintieron,
perder, una vez más por ser truncada







1 comentarios:

Anónimo dijo...

Significativo soneto, que de forma subliminal nos recuerda las guerras por recibir. Da que pensar, no en los que se van, sino en la avaricia de los que se quedan.

Publicar un comentario