Capítulo Nº 03
Narración entregada en capítulos secuenciales
Viene del Capítulo Anterior
Social, tiene una docena de elegidas, pero a mí personalmente me encantaría comenzar contigo.
_
Habré de fiarme de ti, ya que no llevo conectado encima el YSYP, en mi móvil y
no sabré de momento a ciencia cierta, si me estás engañando o es la pura verdad
lo que expresan tus labios_. Dijo la señorita, más calmada y dando señales de
que iba a aceptar el reto desde ese mismo instante.
Comienza el
Capítulo 3
_ No lo llevarás conectado en tu Smartphone Androide hasta que todo esté a punto, por el momento, hemos de tratarnos
como dos personas adultas, conocernos bien, muy bien diría
yo, dejar las vergüenzas a un lado, ser sinceros en todo, y llevar esto a buen
puerto, charlar de todo, hacer lo que nos venga en gana siempre que se presente
la ocasión, si es el momento oportuno o no lo es, lo dirá la propia disposición
y el propio instante. Carta abierta, por ello debemos estar “curados” de todas
las circunstancias. No me importa de momento, que puedas pensar de mi persona,
lo que te venga en gana, así es y así será siempre, con YSYP y sin él. Por todo
ello, podríamos comenzar si decides que aceptas el reto ya mismo, sin más
intervalos, ni retrasos.
_ Sabrás que la empresa Makinword Electric, llevaba
semanas tras de mí, haciéndome ofertas, hasta que acepté de buen grado el
desafío y la no despreciable cantidad de miles de dólares, con que me han
dotado, incluso en mi restaurante, ha aumentado la clientela, ni siquiera sé de
donde viene, pero, facturamos cinco veces más que antes de decirles que sí.
Éramos unas cuantas elegidas, sin embargo, no sé ni cómo
quedé finalista. Me han jurado y perjurado, que tú no me conocías, que hoy,
ahora, es el primer momento en que tienes contacto visual conmigo. He visto
fotos tuyas, de todos los colores y todos los tamaños, en todas las posiciones,
películas donde protagonizas tú las escenas, de detalles que jamás podrías
imaginar, te conozco Eudaldo, quiero que lo sepas. Con lo cual, veo que todo
está estudiado al detalle y por ello prefiero decírtelo antes del estreno, para
comenzar sin titubeos, ni miedos. Estos últimos días me han estado oprimiendo
para que sujetara la mayor información tuya posible, mostrándome tu vida, desde
que eras muy niño, sé de dónde vienes, a donde vas, cuáles son tus
sentimientos, que clase de hombre eres, que forma tienes de enfrentarte al
mundo, cuáles son tus miserias, y tus virtudes. Conozco a tus padres y
hermanos, he paseado por la ciudad que naciste, se cuales fueron tus amistades
femeninas desde que eras niño. Conozco de tus miedos, de tus vicios y de tu mal
carácter. Por el coeficiente que tienes, me han avisado que puedes tener
reacciones imprevistas, fuera de lugar, que las capee, con mi genio y con mi
forma de ser, que me muestre como soy y que no finja nada, que si me faltas el
respeto, lo defienda con uñas y dientes, si he de enfrentarme a ti, lo haga con
descaro y con energía, que a la vez,
todas esas reacciones las has de plasmar en ese invento del YSYP.
Conozco la clase de comidas qué prefieres, los libros que
te entusiasman, la música que escuchas, el color preferido de la ropa, el olor
que te mola, tus preferencias amorosas, tus rarezas y supersticiones en el
amor, que talla utilizas de calzoncillos, que clase de pensamiento usas al
levantarte por la mañana, que no estás apegado a tus padres, que eres muy
personal y distante, y que clase de mujeres te ponen. La sensación que he
tenido al ensenarte mis muslos hasta la franja con mi ropa interior ha sido a
propósito para saber cómo reaccionabas, si te sentías violentado, he comprobado
aun y sin el YSYP, que te han encantado mis piernas y que las has disfrutado al
máximo_. Finalizó sus comentarios, con una sonrisa preciosa, de agrado y de
naturalidad.
_ Entonces, soy yo el que debe conocerte mejor, aunque
compartamos desde ahora nuestro tiempo, habrás de ir contándome cómo y cuando
quieras, tus días de vida, con tu gente, tus alegrías y detalles. Según veo,
poca miseria has pasado desde que naciste y el entorno en el que te has
acompañado. Sobre todo interesan las reacciones inmediatas, los escozores de la
convivencia, la paciencia, la comprensión, los deseos innatos, los roces por
celos y las cávalas diarias.
_ ¡Tú lo has dicho, claro!, compartiendo nuestro tiempo,
no nuestra vida, que eso es otra cosa diferente, y agradezco que lo hayas
sacado a colación puesto que ¡Sí! …veo
tu sinceridad y tu poca vergüenza en plantear los diferentes temas que han
surgido. Lo primero que necesito ahora, es que me lleves a cenar pronto,
llevamos bastantes minutos, dándole vueltas a diferentes cuestiones y también
hemos de pensar en nuestra fisiología_. Replicaba Ingrid levantándose de su
asiento y recogiendo el bolso de piel que esperaba a su derecha, obligando a
Eudaldo, a que la siguiera en busca de una agradable cena.
_ Con lo concentrados que estamos, quieres ahora interrumpir
la ¿charla para ir a cenar? ¿No sería más propio, que siguiéramos en
conversación para dejar hablados algunos puntos más, que no hemos tratado?
_ Tú, lo que quieres es que nos den las tantas de la
madrugada, matizando temas ¡y yo!, quiero otra cosa, en primer lugar cenar, no
pecar de ignorancia y saber cómo eres y como te portas realmente, a pesar de
conocerte en teoría. Las cosas no siempre son iguales, si te las explican, que
si las experimentas, por ello, no demos más vueltas y salgamos, en busca de un
festín agradable. Se dé un lugar que lo pasaremos muy bien. Oiremos buena
música, extraordinaria, y si te atreves, me sacas a bailar, que estoy deseando me
abraces con ternura.
Aquella mujer, irradiaba felicidad corporal, se apreciaba
que estaba agradablemente acompañada de un joven, que le había de aportar
muchas experiencias, que además ayudaría a generar más negocio a sus
restaurantes y que por supuesto, le influenciaría en su relación y divertimento,
que en la última época frecuentaba poco con la diversión.
Sus padres, simpatizantes del Movimiento Sandinista,
habían dispuesto todos sus posibles y sus contactos para poderla enviar a
estudiar y sacarla de su país, a pesar de ya estar implantado el sistema de
alfabetización, una vez había caído el dictador, Somoza.
Ella; una mujer, abierta y preparada, había aprovechado su
estancia en los Estados Unidos para formarse, abrirse camino y ya volver solo a
su país, de visita y en momentos puntuales.
Por amistades provenientes de su padre, alemán de nacimiento,
y refugiado en Nicaragua, tras la contienda Europea, pudo Ingrid sin demasiadas
dificultades, hacerse de un prestigio y un nombre dentro del campo de los servicios.
Primero, en la empresa dónde desempeña un puesto directivo y después en el
gobierno de su propio restaurante.
Tampoco había sido nada fácil, sacar la cabeza con éxito, rodeada
de tanta lumbrera, para destacar de entre los propios compañeros de la Universidad
de Stamford, pero ella supo cómo hacerlo y con ese tesón y esa convicción, se
había hecho de un nombre.
Madre soltera, tras haber tenido una convivencia, no
demasiado agradable con el sicario, de un pez gordo del Congreso Americano, relación,
que tuvo que abandonar por corrupto, vicios y malos modos. Adaptándose a su
hijo y criándolo con ayuda de una empleada de hogar, a base de esfuerzo y
trabajo.
Ingrid Adela, una preciosa mujer, con un carácter poderoso
a la vez que muy apasionado. Alegre en su devenir, necesitada de mucho apego y
amor de todas las variedades existentes: sensual, alocado y turbador. Regalaba
el donaire a cada paso, se vestía muy moderna y esos atavíos a conveniencia le
hacían aún más encantadora y pulcra, ya que combinaba picardías con elegancia
que son dos aderezos imperativos a la
hora de presumir sin demasiados aspavientos. Vida solucionada en lo relativo al
sustento, sin dificultades para hallar la fórmula magistral y encontrar el
hombre adecuado.
To
be continued....
Continuará.......
en breve será publicado el Capítulo 4
3 comentarios:
Por lo que llevo leyendo, promete ser muy interesante
Saludos
Amparo
MUY INTERESANTE....PASAREMOS AL PRÓXIMO CAPÍTULO...... SALUDOS NIKITTA.
Me encanta y tiene un toque muy exclusivo, me recuerda a alguien que conozco. Abrazos.
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