Capítulo Nº 07
Narración entregada en capítulos secuenciales
Viene del Capítulo Anterior
Marino;
un hombre dado a la artimaña, que había visitado varios países, haciéndose pasar
por cantante de una orquestilla trasnochada, con menos ganas de abrirse camino
en la vida, que un caracol paralítico. Solo un objetivo tenía: que lo
mantuvieran, que le dieran cariño y afecto y sobre todo techo, pan y cama.
De
cuantos trabajos y ocupaciones había encontrado, normal era no finalizar la prueba de admisión, por algún
inexcusable motivo, ....
no era duradero en los quehaceres remunerados. Siempre
buenas palabras de excusa, buenos modos y miraditas del buen devoto de Martin
de Porres, pero flojo, muy blando para el trabajo. Fue elegido de entre tantos
miles de candidatos, al casting de YSYP, por precisamente sus pocas cualidades,
sus desmadres y engañifas, sus medias verdades, sus cuentos chinos con finales trágicos
por la llamada “mala suerte”. Siempre al filo de lo inverosímil.
Don “Juan” de
vodevil, de a granel, de chirigota y aspirante a “rompe corazones” sin saber
romper más que la paciencia a tantas y tantas señoritas engañadas, por sus
artes deficitarias y por su pocas ganas de doblar el lomo y mantener un trabajo
más allá de dos semanas, además de las ya añadidas de buscador de hidrocarburos
en las alcobas de cuantas se pusieran a
tiro.
Dos personajes distintos, muy diferentes en sus costumbres
pero, muy válidos para el ensamblaje de YSYP. Ambos estaban en el campo de
atracción con sus aparatos móviles y dentro del entorno adecuado. Solo que en
esta ocasión el control de los afectos no pasaban por sus conveniencias, ni
siquiera sabían estaban sometidos a unos vigiles afectivos, directos y que
desde un punto desconocido les estaban estudiando el nivel de ternura y sus
sensaciones más personales.
La casuística no tuvo nada que ver en su primer encuentro.
Estaban rodando una película, siendo Alta Gracia y Marino los protagonistas,
sin que ellos lo supieran. Era parte de la estrategia que ajeno en esta ocasión,
el destino sería su promotor, se
relacionarían de aquel modo preparado por unos ingenieros, sociólogos,
psicólogos, especialistas nutricionistas, neurólogos y una gran lista de
profesionales para controlar sus reacciones más intimas.
El guión estaba escrito de forma muy sencilla. Simular que
se conocieran Marino y Alta Gracia, en un viaje de bus con las plazas numeradas
a la Bahía de San Francisco y al llegar al merendero nuevamente estarían
ligados por la coincidencia que preparada de antemano por los promotores hacía
que a cada paso, en cada situación ellos se vieran abocados a relacionarse de
forma cercana. Dando los resultados necesarios para aquellos analistas que desdoblaban
el proyecto “YSYP”
El bus esperaba repleto a falta de la presencia de dos
personas que debían acomodarse en las butacas número nueve y diez, tercera fila
de un autocar grandioso, y serían ocupadas por Alta Gracia y Marino.
Los motores del ómnibus en marcha presto para comenzar la
marcha. Al punto que llegó Marino saludando al entrar a los pasajeros que
esperaban, distraídos en su amarre con los cinturones de seguridad. Ocupó su
plaza y se distrajo, viendo a lo lejos las personas como paseaban por aquella
alameda. No se demoró tanto Alta Gracia, que un par de minutos retrasada, no
fueron obstáculo para llamarle la atención por parte de la guía, que sabía de
la historia de las plazas de la tercera fila. Ya que pertenecía a la empresa
promotora.
Al ascender al transporte, la responsable le indicó donde
debía sentarse, detalle que hizo levantar de su acomodo a Marino, para dejar
situarse con amplitud y comodidad a Alta Gracia, recién llegada, al bus y a su
vida. El viaje comenzó su marcha después de la explicación que dio Mary, la
simpática animadora de la excursión, destino a la Bahía de San Francisco.
Una vez acomodada, Alta Gracia en la plaza del convoy, al
lado de la ventana, se miró de soslayo a Marino, que estaba estudiando la forma
de entablar conversación, sin parecer un tipo desagradable, intentando ser
amable y buscando la forma para caerle simpático y atrayente.
Ella tampoco iba a hacer esfuerzos por ser mal educada, ni
timorata, propiciando un suspiro de deseo, para que Marino tomara la
iniciativa.
_ Me llaman Marino, permita que me presente, si hemos de
viajar aquí juntitos, creo sería bueno charlar para amenizar los espacios de
vacío.
_ Hola Marino, mi nombre es Alta Gracia, y quizás lleve
usted razón, tenemos un desplazamiento largo y no pretendo dormir ni leer.
Mejor será que charlemos y disfrutemos de este viaje tan precioso.
_ ¿Eres de aquí? _ ¿Alta Gracia dijiste te llamas?
_ ¡Sí! me llaman Grecy, pero no soy de aquí.
_ Yo tampoco, vine por una muy buena oferta que me surgió,
desde un concurso de esos llamados reality, que además de la estancia en un
hotel de lujo, y una vacaciones pagadas a todo estar, cabía la posibilidad de
que encontrara ese trabajo que estoy deseando. Además y como ando con ganas de
sacar la cabeza definitivamente, acepté y aquí estoy, esperando mi oportunidad_.
Matizó Marino con esmero, mirando a los ojos de Alta Gracia y siguió porfiando_,
¿De dónde eres Alta Gracia? y ¿Cómo en esta salida a la Bahía de San Francisco?
_ Soy Mexicana, de Saltillo. Parecerá frívolo, pero yo gané
ese concurso, en mi país y el premio era de un viaje a la zona, en un buen
hotel con días a todo confort y me merecía este homenaje. Sin pensarlo vine a
disfrutarlo. Por ello, todo lo que acontece lo agradezco a la suerte. Estoy en
el gran hotel Santa Clara Marriott, y de momento precioso, de ensueño. Por
ello, en esos días felices, están programadas varias salidas y una de ellas,
para ser precisa, la primera es esta; a la Bahía de San Francisco_. ¿Usted, no
parece ser nativo de los Estados Unidos?, lo digo por el color de piel,
morenito, más bien como el mío.
_ Así es_, pero puedes tutearme_. Tampoco dice nada el
tono de piel, aquí en esta gran urbe, los hay nacidos de todos los colores y
matices. Soy peruano, de Puerto Chimbote_, dijo Marino con dulzura, la que él
gastaba cuando había de enamorar a una mujer madura_, también estoy en el hotel que mencionaste el
Clara Marriott, un lujo, no había estado jamás en una cueva como esa_, rieron
los dos, como dando gracias, por la suerte acaecida_, como te decía he andado
por muchos países del mundo, dedicándome a lo que ha sido mi ilusión. La
música, todo está muy achuchado con esta situación mundial, que no tira ni
adelante ni deja templar gaitas y ya ves, aprovechando como tú el golpe de
suerte.
_ Y habiendo salido_, volvió a interrogar Alta Gracia_, de tu tierra y visitado tantos países como
dices, en ninguno tuviste suerte y encontraste tu felicidad y ¿poder echar
raíces?
_ Chatita, andaba en esas, cuando recalé en Lima para ver
a mi familia y me brindaron este chollo, que no pude despreciar, no más.
_ ¿Tienes pareja? o ¿estás comprometido? _ Inquirió Alta Gracia, de forma explícita y
con interés en su respuesta.
_ Mi vida es un poco larga de contar_, poniendo cara de
circunstancia y simulando su padecimiento, dictó Marino a la atenta Alta Gracia_.
He tenido pareja, mujer y tengo hijos desperdigados por Perú, pero ahora he
salido de un affaire muy delicado con una dama, donde las cosas no han ido nada
bien. Estuve viviendo con ella, por más de dos años, ella me ayudó a
establecerme en el país, me ofreció su casa, su amparo y su tarjeta de la
seguridad social, mientras yo buscaba mis trabajitos.
To be continued....
Continuará....... en breve será publicado el Capítulo 8
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