domingo, 10 de febrero de 2013

Descarga YSYP Aplicación del Amor: Capitulo: 02


Viene del Capitulo Anterior
 
Eudaldo Manrique, el figura que ponía en solfa esa nueva gestión informática, es un joven ingeniero de Ciudad Real, hijo de gentes sencillas dedicadas a la elaboración de quesos manchegos, poseía una especie de don, un coeficiente mental superior a lo que nos tienen acostumbrados los más sobresalientes, muy por encima de la media. No llegaba al 228 de Marilyn Vos Savant, pero quedaba bastante cercano a la record guiness de los coeficientes. Realizó sus estudios en un tiempo record, dada las aptitudes y la facilidad que se le daban los condicionantes del aprendizaje donde fuera o llegase. Le venía esa gracia desde los días de sus inicios. Inteligencia, intuición y persuasión se juntaban en aquel muchacho, que ganaba día a día ingenios inverosímiles que ponía en práctica siempre al servicio de los semejantes, fuera de luchas internas ni mandangas.

To be continued....  Continuará
Comienza el Capítulo 2

En su ciudad de nacimiento, fue descubierto por don Blas el farmacéutico del barrio, que le vio aptitudes sobresalientes desde muy jovencito, y lo puso en contacto con su hermano, dedicado este, en la capital a la caza y al descubrimiento de los talentos emergentes, para una empresa americana, que los reclutaba con muchas ventajas. Con estudios pagados y becas importantes para más tarde poder engrosarlos en sus filas internacionales. Situando a su vez a la familia del talento, de forma que no necesitasen absolutamente nada y pudieran vivir sin más problemas que el despertar tranquilos cada mañana. Todo a cuenta de lo que le pudieran sacar a Eudaldo, que habiendo sido enrolado por la Makinword Electric, amortizaría con creces todos esos dispendios entregados a su familia a cambio de utilizar al genio en cualquiera de las virtudes y sobresalías. A cuenta de lo que pensaban compensar en cuanto acabase sus estudios.

Le habían proporcionado instalarse en las dependencias exclusivas de esa importantísima firma americana que apostaba por sus cerebros en Silicon Valley, donde hay una ciencia infusa por metro cuadrado superior a otro lugar en el mundo.

Eudaldo además de ser un instruido, era un joven bastante inadaptado por y precisamente sus dotes intrínsecas, por su código intelectual. Se mostraba a menudo a disgusto por ver que las diversas situaciones podían resolverse de otro modo, menos circunstanciales, y tan poco prácticas, por ello gastaba unas formas bastante agrias y a menudo mostraba su falta de tacto y de paciencia. Había vivido prácticamente toda su infancia y juventud alejado de sus padres y familia, en colegios Mayores en Institutos, Universidades, siempre con estudios de nivel y con una responsabilidad excesiva para la edad que tenía. Era lo que su propia estima le pedía, cuantos más conocimientos adquiría mas compromiso adeudaba para sí mismo.

De su vida sentimental tampoco podía presumir. Desconocía la dicha, la ilusión y alegrías, ya que en amores fue poco afortunado. Nadie se le había acercado, ni preocupado por darle ese apego que necesitan los niños en su edad temprana. Sus mentores le habían llevado siempre entre algodones, sin embargo, para el desarrollo de la aplicación que estaba programando, necesitaba algo más que logaritmos, matemáticas y física, se veía obligado a tener algo de mundología y la forma más práctica que la incubara, sería abrirlo al mundo de las realidades. Contando siempre, con que las aptitudes del muchacho eran tan superlativas y tan adaptadas, a sacar partido y aprender de todo, que no debería ser problema, ni merma en retrasos ni en puestas a punto dificultosas del proyecto.

En un momento conveniente y con los plácemes de la jungla de psicólogos de la empresa Makinword, fueron a presentarle a Ingrid.

Una joven doctorada como Eudaldo, pero con unos matices y valores de los cuales él carecía y tenía que adaptar cuanto antes a su programa de definición y mejora. Para ensamblaje del software entre los sentimientos humanos y los condicionantes binarios de las recetas de los diversos lenguajes de codificación usados.

Ingrid; un bellezón nicaragüense, hija de un alemán y una nativa de Managua, que había cursado en los Estados Unidos, estudios superiores. Una hermosura extraordinaria, de una delicadeza natural, que sin fingir en sus modos, hacía convincentes todos cuantos dilemas pudiesen presentársele, todo ello añadido a los valores propios, de una joven que espera de la vida todo aquello que de bueno le deparase y pudiera aprovechar.

Licenciada en Ciencias Exactas, y Filología, había descubierto que su verdadera pasión era la hostelería y había montado un restaurante muy chic y de postín en Palo Alto. De modo que compaginaba su trabajo como jefe departamental en una empresa de semi conductores, para procesos tecnológicos. Con esa debilidad de las sartenes y las cacerolas.

Alta, morena, simpática y sensual, atraía al prójimo entre muchas cosas, por su voz, tonos provenientes de su propia naturaleza, hacían fueren sonidos y modulaciones preciosas, no superfluas. Sin parecer tonillos inadecuados que seducían al escuchante. Sumados a su presencia personal ejercían ese poder atrayente y poderoso de la caña y el anzuelo: atracción total.

Eudaldo la conoció en principio, presentada por los servicios de “Bienestar Social” de Makinword Electric, para entrevistarla él mismo y saber si de entrada eran afines en los gustos más primordiales, si se atraían a primera vista. Pudiera dar su opinión para mejora de ese aplicativo a punto de entrar en función, afinando posibles situaciones derivadas de las reacciones humanas, tan comunes como pueden ser el gusto, el entusiasmo, los diversos colores de la vida, los matices de las relaciones intimistas, las colisiones en escenarios de excitación cumbre, la atracción sexual inmediata, la sensibilidad de las caricias ópticas, la seducción visual de sus cuerpos, el propio análisis de un beso de conciencia, la afinidad entre paridades, el encanto de una turbación y la propia sugestión provocada por el encanto de una mujer.

Incluyendo algunas salidas a cenar para que pudiera deleitarse de ese perfume tan irrefutable y sensual que se rociaba para gustar aún más y ser más encantadora. Su lápiz de labios irradiaba y conquistaba, sus pestañas en su aleteo de polilla amarraban los deseos dejándolos a la intemperie. Su piel entre clara e indoeuropea, amarillaban los colores primarios. Cabello largo, negro, limpio caían por sus espaldas, como aquella manga de lujuria que excita a las fieras, haciéndose vertiginosamente deseada. Parecía hecha por encargo a una deidad cósmica precisamente en aquel valle llamado del silicio.

El día que se conocieron Ingrid y Eudaldo, todo estaba exactamente preparado, estudiado y analizado, por la Jefa de la Fundación del Bienestar. Lo diseñaron como si fuese uno de esos propósitos, en los que se  ha pensado hasta en los mínimos imponderables, estudiando y analizando el cálculo de posibilidades que tendrían en su mutua atracción. Teniendo en cuenta y tabulando los perfiles naturales y personales de ambos, gustos, criterios y necesidades fisiológicas aparentes. Aún y así el encuentro fue tan especial y bonito para ambos, que pronto equidistaron sus desunes y aficiones, saboreando de sus gustos y coincidencias. Eran afines y diseñados para atraerse. De hecho nació una devoción nada espiritual. Estaba ese ardor muy cercano a una alerta física controlada. Sin preámbulos ni ambages, entrando muy a prisa en asuntos personales, los cuales iban a facilitar mucho el sentido de esa aplicación informática para relaciones intimistas que por mediación de los teléfonos móviles, sería explotada en el mundo entero.

Silicon Valley, referido al Valle de Santa Clara a ambos lados de la bahía de San Francisco, en la costa oeste de Estados Unidos. en el Norte de California. Zona relacionada con la industria especializada, afectada íntimamente con empresas reconocidas y de mucho prestigio, donde se incentiva a los estudiantes egresados a quedarse e instalarse allí. Con grandes ventajas y proveyéndoles de capital para que desarrollen sus estudios,  ingenios y proyectos punteros de tecnología de vanguardia. Cinturón donde las ideas son dinero y valores en alza. El lugar con más gente creativa por centímetro cuadrado, con sus cabezas amuebladas para generar esmeros, proyectos, estudios, negocios, inventos y rarezas del globo.



En Silicon Valley, a la juventud y al conocimiento, se les premia con que esas ansias, salgan provistas de un protocolo y se puedan aprovechar para generar empleo, industria y avance tecnológico.
Sin dejar que esas ideas o intuiciones agonicen o queden sin satisfacer por debilidad, miedo o vagancia. Efectos que tienen todo el apoyo necesario para que culminen en éxito, mientras en otros lugares mueren sobre los mostradores de las cantinas, mojadas con el olor de la cerveza, explicadas por sus mentores en sus clásicas borracheras sabatinas.
_ Puedo llamarte Eu, ¿Verdad? dijo con gracia Ingrid, repasando el dibujo de sus facciones_. ¿Qué esperas de mí? Volvió a interrogar haciendo un alto rapidísimo en su pregunta y tras analizar su gesto no verbal, se apresuró_. Tan importante es ese proyecto que todo Silicon Valley ¿habla?
_ De ti, que podría esperar, que no llegue con la normalidad y la evidencia_. Pronunció Eudaldo, mirándole los ojos_, y sin detenerse contestó a la pregunta completa_. Es una aplicación muy importante, para la empresa que me patrocina y por supuesto, para este que habla. Para mí_, siguió diciendo_. El éxito y la comodidad, el dinero, el lujo, el lanzamiento de mi aportación al mundo.
_ Y yo que pinto en ¿todo este meneo? _. Preguntó la joven, preocupada al ver la cara de jerarquía que le dejó la respuesta a Eudaldo, posicionándose más cómoda en su butaca, entreabriendo un algo sus piernas para provocar que Eudaldo se perdiera por entre aquellos vericuetos perfectos.
_ Dicen que las emociones terrenales, han de llegar de los satélites y en ello estamos, recogiendo el sentido a lo que no se nos puede escapar_. Matizó el joven acariciándole la mano a Ingrid y mirando nervioso e impreciso aquella estampa tan concreta.
_ Entonces la mercenaria de todo esto, soy yo ¿Verdad?_. Dijo Ingrid, malhumorada_.  Solo hemos sido presentados para que tú apliques en tu labor, esas reacciones y conocimiento que os faltan, que son de vital importancia en el desarrollo del fin. Lo que no veo claro es porque habéis pensado en mí, ¿Algún motivo habrá? _. Volvió a interrogar Ingrid
_ En principio, porque tú eres la persona con las cualidades más cercanas a lo que buscamos, belleza, talento, impronta y sobre todo ese sentido común que tanta falta hace a nuestra tarea, que le hemos puesto por nombre YSYP_. Confesó Eudaldo
_ Dime de qué trata YSYP, porque si he de ayudar al ensamblaje de los comandos y el proyecto en sí, estoy en el derecho de conocer cuáles son las contraindicaciones que pueden provocarme a mí como persona. No quisiera salir dañada de todo esto, tan solo por el capricho de una empresa, que me pone a su abasto por unos cientos de miles de dólares_. Argumentó con gracia Ingrid.
_ Verás, no te voy a engañar ni a confundir, es más, quisiera pudieras ayudarme de verdad, por mi parte he de reconocer que no tengo mundología, no he tenido trato con las gentes, ni siquiera con las personas de mi familia y me falta mucho de social, de saber entender los deseos humanos, de conocer las estrategias del alma, de razonar conmigo mismo en dilemas existenciales, de inspirarme en el amor, si es que existiera, disfrutar de la vida y llegar al final proponiendo una utilidad al abasto de las gentes. Con todas esas ventajas que se han diseñado y que las puedan disfrutar las masas, si conectan con YSYP_. Concluyó el razonamiento Eudaldo.
_ No me has contestado a la pregunta, has divagado por ende los entresijos del enigmático YSYP, haciendo una declaración de voluntades, pero no me has aclarado nada, de lo que quiero saber. Por tanto ruego seas más explícito y me satisfagas_. Dejando una sonrisa y mostrando su blanca dentadura, nacarada, quedo a la espera de la aclaración solicitada.
_ Bien, te pondré al corriente a grandes rasgos, para que lo conozcas, de los detallitos y de las pequeñeces, las irás comprendiendo a medida que se vayan sucediendo los hechos, algunos son tan corrientes y conocidos que no tendrás ni siquiera necesidad de preguntarlo, tú misma podrás comprender por lo fácil que es_. Sonrió Eudaldo, para proseguir sin el más mínimo retraso, ya que Ingrid, se encontraba, sentada cómodamente, frente al joven ingeniero, regalándole esas vistas preciosas, del acantilado redondeado y fértil de sus muslos y de sus intrigas_. YSYP, es un proceso,  el cual facilita a las personas, se encuentren, se conozcan, contacten entre ellos, sin mediar más que la tecnología de los sentimientos por intervención de los satélites y su propio teléfono. Granjeando la seguridad y el éxito entre sus relaciones y la aceptación de los deseos inmediatos sin terciar palabra. O sea, para ponerte un ejemplo; valga este instante, tú y yo. Que estoy mirando tu postura y a la vez que explico, miro tus piernas y aunque te hayas percatado, no sabes cuál es el deseo que acompaña a mi propósito, ni el que circula por mi cerebro. Esa pregunta o deseo implícito en mí, es el que te revelaría el móvil, ya que es una opción de esta aplicación.
Así como a mí, me hubiesen llegado a mi terminal, todas las emociones que estás sintiendo y sufriendo mientras me escuchas y me miras. Como por ejemplo, tus críticas, si te parezco encantador, si me encuentras vanidoso, si tu postura sentada enseñándome gran parte de tus piernas, lo haces con alguna causa, o por el mero hecho de que te encuentre bella y sexy. Qué clase de paciencia tienes, como disimulas ante las dificultades, si trataras de hacer creer una cosa por otra. En fin, esos son los grandes rasgos que te decía para que lo pudieras aceptar desde un buen principio_. Acabó la larga respuesta a la incógnita de Ingrid.
_ Entonces, para ser sincera, me estáis usando como conejillo de indias, como lazarillo de botica, como ratoncillo de laboratorio. Lo cual me hace imaginar, que me habéis tratado o confundido por una fresca de la zona, por una ramera vulgar y desabrida, que por unos dólares asquerosos, vais a repasar todas mis neuronas y vais a saber de mí, más que yo misma.
_ No es eso Ingrid, tu eres una mujer preparada, culta y con un pasado, que la vida además de tenerla solucionada, te sonríe, te aplaude, que puedes darte como privilegiada ante otras muchas mujeres de tu edad, que no han conseguido lo que tú, en tan poco tiempo. Puedes elegir, lo que desees porque tu estatus te lo permite, puedes expresar con palabras y con lenguaje no verbal, aquello que quieras, sin el más mínimo inciso. Posees un cuerpo que enseñoreas con elegancia, tienes grandes dotes de persona comprensiva, exigente, femenina, extravagante a veces, sincera y además empresaria influyente en la ciudad de los semi conductores. ¿Dónde podemos dirigirnos a buscar otra candidata que cumpla con todos los requisitos? Es verdad, que el departamento de Bienestar Social, tiene una docena de elegidas, pero a mí personalmente me encantaría comenzar contigo.
_ Habré de fiarme de ti, ya que no llevo conectado encima el YSYP, en mi móvil y no sabré de momento a ciencia cierta, si me estás engañando o es la pura verdad lo que expresan tus labios_. Dijo la señorita, más calmada y dando señales de que iba a aceptar el reto desde ese mismo instante.
_ No lo llevarás conectado en tu Smartphone Androide hasta que todo esté a punto, por el momento, hemos de tratarnos





To be continued....

Continuará....... en breve será publicado el Capítulo 3






 

1 comentarios:

Anónimo dijo...

COMO SIEMPRE FANTÁSTICO....NOS DEJAS CON LA INTRIGA HASTA EL PRÓXIMO CAPÍTULO. NIKITTA.

Publicar un comentario