martes, 8 de enero de 2013

La desnuda y la foto


Le dijo aquella foto del actor trasnochado, que pendía de un calendario del 2013, colgando de una pared, a una mujer preciosa, desnuda, hecha en estatua de mármol, con un grabado que decía: Soy tuya, si puedes alcanzarme; que permanecía sobre aquella mesa de despacho, tan groseramente revuelta entre documentos, cartas de amor y un vaso sucio, vacío de vino de Oporto.  
 
Muero por tu cuerpo,
el de ahora y el de antes
el que se aviva esquerpo.
Ese que simulas yerto
sereno, intangible.
Lo disfruto sin obtenerlo
 
Ella, la figura desnuda, bella y sugerente, tocándose su cabellera despeinada y con sus senos al tallo, contestó a la foto de aquel actor, avejentado por la vida, rencoroso por la mala suerte, que decía haberle tocado vivir, casi a punto de entrar el nuevo año.
 
Oscilas en sublimes recelos,
confundir desde el silencio.
Poses de función y danza.
querer olvidar si acaso,
para perderse en la chanza
en un ocaso sereno.
 
La foto del actor, sintiéndose aludida, tras tan larga pena, la de encontrarse colgada de una sucia pared, dando imagen a un calendario quejumbroso que patrocinaba unos calcetines para ejecutivos animosos, convino en agradar a la musa figurada.
 
Noto brotar deseos
instando lo que codicio.
Inducir a mareas y vientos
para mi conformidad.
Constato sin olvidar
que sin mirar, me inspiro.
 
La desnuda figura, sin menear ni un ápice su postura sensual,  convino en revelar a la foto de aquel mil hombres, que la miraba desde la distancia que mediaba entre la pared y la mesa.
 
Desearte para y por siempre
aunque siempre sea abusar,
y quede en palabra inerte.
Por no poder festejar.
Eterno; es mucho durar
siendo esta situación: una suerte.
 
 
 

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