¡Oh que
mentira llevas
atrás,
las verdades muertas,
que
clara es la certidumbre
y que
obscena la desvergüenza!
Escojo
el silencio,
si lo
que hablas, es falso.
No
puedo creerlo,
falseas
lo cierto.
¿Y lograrás
soportar, esta falta de cautela,
olvidando
la certeza?
¡Sí! Acostumbrado a tantas argucias vanas,
¡Violando
mi entelequia!
¿Y conseguirás
conformar, tu verdad,
volviendo
a ser fidedigno y olvidando esta componenda?
¡Estrechar
el instante
con
mi mano, para que no mintiera!
Son voces
inciertas,
impensable
compararlas.
Sobre
cada mensaje,
hendidura
amarga de su falsa moneda.
Que
hablan sin ataduras,
alegres
y risueñas.
Enredando
las verdades,
con imprecisiones
lerdas.
¡Estrecharía
el minuto
con
mi mano, para que callara!
¡Ve
con el viento, no quiero tu aliento,
mejor
no confundas, fingido concierto!
¡Tú;
la mentira total!
¡Vives
aquí! Desgastada, podrida, desnuda
¡Mía!
A mi
vera.
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