Buscando
un lugar para no ser visto
Hallé una
zona linda, imperceptible.
Tan
desapercibida y tan risible,
que
tropecé volviendo a lo previsto.
No me ocultaba
de nadie, ¡Insisto!
La
casualidad de lo irrepetible,
con lo
que nadie piensa ni es tangible.
Casualidades
del destino y listo.
Pensé en
no estar allí. Así despisto,
mientras
se jactan de forma asequible
los
salvadores de lo imprescindible,
que, con falacias,
claman siempre a Cristo.
Ya no sé
si lo blanco es color pisto,
si las
noticias llevan lo sensible,
que todo
es un enredo corruptible,
y por
mucho que me queje persisto.
&&&&&&
Una de
tantas tretas de atropello,
de las
que encumbran, cuando estás presente
y,
escarnecen y quitan el resuello.
Siempre por detrás, y
muy suavemente,
farsantes los son, y dejan su
sello,
y al verlos
venir, se nota en su frente.
0 comentarios:
Publicar un comentario