Claro que te quiero
como no iba a hacerlo,
si tu eres mi vida
debes proponerlo.
Hoy recapacito
y te lo agradezco,
cada vez que pienso
puedo y lo padezco.
Cuando me dormías
en tu piel y manto,
cuando me llamabas
dentro de tu encanto,
y juntos quedarnos
en el quicio hartos,
de tanta caricia
de tanto arrumaco.
Creo que estas lejos
de aquellos encantos,
Veo que olvidaste
todos los hartazgos.
Me dejas colgado
debajo la nube,
y sigo postrado
aguardo, en tu cumbre.
Me sigues quemando
con tus grandes ojos,
que siguen mirando
dentro del congojo.
Espero sentado
que llegue mi hora,
que pronto y temprano
se acerca y no añoras.
Esto que yo emprendo
comenzó en su inicio,
Puede que se acabe
que no sea, un suplicio.
Por ti sigo vivo
contigo muy cuerdo,
por ti sigo claro
Al fin, todo es lerdo.
Quizás en mi sueño
el más obligado,
aquel que ofrecías.
No estaba soñado.
Ahora desnudo
sin voz y sin tino,
sin ropa ni tono.
Fenezco divino.
No juzgues mi vida
por tantas rendijas,
quedó entre partida
por gozar tus prisas.
Te quiero completa
con ramas y rejas,
distrayendo al miedo
te mantenga estrecha.
Adiós niña hermosa
pasamos por todo,
tu misma ofreciste
hacerme a tu modo.
Llegué algo apurado
me enredé en tu juego
de vida, prendado.
¡¿Fui agua?! … y fuego.
0 comentarios:
Publicar un comentario