sábado, 19 de septiembre de 2020

Ni pensarlo.

 









Claro que te quiero

como no iba a hacerlo,

si tu eres mi vida

debes proponerlo.


Hoy recapacito

y te lo agradezco,

cada vez que pienso

puedo y lo padezco.


Cuando me dormías

en tu piel y manto,

cuando me llamabas

dentro de tu encanto,


y juntos quedarnos

en el quicio hartos,

de tanta caricia

de tanto arrumaco.




Creo que estas lejos

de aquellos encantos,

Veo que olvidaste

todos los hartazgos.


Me dejas colgado

debajo la nube,

y sigo postrado

aguardo, en tu cumbre.


Me sigues quemando

con tus grandes ojos,

que siguen mirando

dentro del congojo.


Espero sentado

que llegue mi hora,

que pronto y temprano

se acerca y no añoras.















Esto que yo emprendo

comenzó en su inicio,

Puede que se acabe

que no sea, un suplicio.


Por ti sigo vivo

contigo muy cuerdo,

por ti sigo claro

Al fin, todo es lerdo.


Quizás en mi sueño

el más obligado,

aquel que ofrecías.

No estaba soñado.


Ahora desnudo

sin voz y sin tino,

sin ropa ni tono.

Fenezco divino.


No juzgues mi vida

por tantas rendijas,

quedó entre partida

por gozar tus prisas.


Te quiero completa

con ramas y rejas,

distrayendo al miedo

te mantenga estrecha.


Adiós niña hermosa

pasamos por todo,

tu misma ofreciste

hacerme a tu modo.


Llegué algo apurado

me enredé en tu juego

de vida, prendado.

¡¿Fui agua?! … y fuego.
















0 comentarios:

Publicar un comentario