Anoche, se detuvo mi latido,
Frenó mi respirar, me confinaba
cualquier instinto, y cómo temblaba.
El miedo vislumbré, desfallecido
Muerto estuve, ¡Por Dios! Enloquecido.
Sin poder ni gritar, desesperaba.
Yerto en mi cama sin vida, ideaba.
En dar mi alerta al verme desvalido.
Entonces comprendí, que en un suspiro
todo puede esfumarse, y al momento,
quedas sin nada ¡Te vuelves vampiro!
Nada es urgente, ya no hay sufrimiento.
Me pude liberar de aquel conspiro.
Fue un mal sueño. Tan real que aun, lo lamento.
0 comentarios:
Publicar un comentario