Es la primera vez que me acomodo en esta terraza. El
calor ya aprieta y la verdad, da gusto encontrar un rincón apropiado para poder
concentrarse, escribir y sobre todo pensar en uno mismo, sin dejar la opinión
de los demás que tanto pesa en nosotros. Necesito poner en orden mis ideas,
esas que se van acumulando en la agenda del juicio y que de tanto en vez, has
de airearlas para ver que sean todas ellas modernas y no tomen ese sabor a
rancio que suelen tomar las formas olvidadas con olor a humedad.
Carnaval en Platxa D'Aro |
He dado un paseo esta mañana, para tomar contacto con la
ciudad, He amanecido con ganas de recibir
un baño de gentes. De verles disfrutar y a la vez complacerme con ellos,
incluso al pasear percibo nuevas sensaciones, de esos que te conocen y saludad,
y que te paran y preguntan, incluso esos otros que se hacen los sordos y ciegos
y pasan y aún conociéndote no les sobreviene la ilusión de saludar. Ellos, en algún momento, se lo tendrán que hacer
estudiar y mirar, porque no son reacciones naturales de los humanos. Necesito
que la gente me vea, y yo preguntarles como les va, que tal están de salud,
como les fue aquel asunto que en su día me explicaron y que con tanta ilusión
pertrechaban, por su trabajo, por la crisis que tanto nos está zumbando a
todos, y sobre todo por su felicidad que es uno de los conceptos mas esgrimidos
en este tiempo.
Anoto detalles en mi breviario mental, impresiones,
saludos, colores, gestos preciosos que observo y no había percatado hasta
ahora. ¡Qué suerte tengo! descubrir a cada paso detalles nuevos, miradas de
deseo, incluso algunas de desprecio. De todo puede haber cuando paseas entre
tantas personas, cada una singularmente precisa. Las mujeres en este tiempo,
mostrando sus pertenencias físicas. Algunas dignas de verlas y disfrutarlas,
aunque sea con la rapidez del instante.
Los hombres que no se quedan atrás y entre ellos los hay de la condición de
Eros: según la mitología griega, era el Dios primordial del amor.
Palamós |
Bendita la vida. La sensación del gozo. Estamos tan
necesitados de gestos, del tipo que sean: cariño, ternura, adhesión, señas del
deseo hipotecado, que seríamos capaces de comprar, si estuviesen puestos en el
mercado a la venta, para que nuestra propia piel ganara el estado de felicidad
constante.
Reconozco que soy aspirante a conseguir la felicidad continua,
esa que no tiene fisuras, que no tiene recesos ni preámbulos, esa que se sirve
con mesura pero constante como el tic que lleva nuestra sangre al recorrer
nuestras venas.
foto E.Moreno |
Ya no quiero vivir con la duda de lo que ha de llegar.
Quiero evitar las emociones dolorosas, aunque estoy seguro han de llegar. Por
mí no temo, bien lo sabe Dios, hago ensayos para que llegada mi hora, no suministre
complicaciones y sea un tipo valiente, sereno ¡Claro que sí! Facilitador de la causa, sin cobardías, ni
mentiras, dando cara a lo que suceda. Sin embargo, he de reconocer que me embriagan
dudas perceptibles. Padezco por el prójimo allegado, que son los que me han
visto enojado, cabreado, y en ocasiones fuera de mí. Los que realmente conocen
a pies juntillas mis defectos y el enredo de los cableados de mis nervios
internos. Mis excentricidades y colmos.
Levanto la vista desde este lugar, rodeado de flores, de
gentes, que en cada mesa disfrutan de la condición de hablar, acompañados con
un refresco o un helado y les veo, que todos ellos, son más o menos como yo,
que andan buscando eso que decía antes y que sé, te ha llegado al alma. Les
miro a los ojos y algunos no soportan la mirada directa. Leen en mi rostro lo
que desprendo. La necesidad de vivir. Algunos, les adivino, tratan de venderme
con su lenguaje corporal sus escaseces, sus metas incumplidas, sus ascos y sus
miserias. También son humanos y les intuyo por esa sensación de impotencia, al
no poder descorchar su prudencia.
1 comentarios:
Hace días quería comentarte pero me decían que tu blog estaba eliminado.
Leo este último escrito y me adhie3ro a esas ides que tan bien escribes.A veces la soledad cuece
y uno recibe ese baño de vida a traves del contacto humano, esa necesiad de comprender, de aceptar ,de tolerar... me alegro que tus ideas aquí expuestas sean un solar de reflexión para muchos de nosotros.
gracias Emilio.
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