sábado, 7 de octubre de 2023

Quítate tú, que me pongo yo.

 



Sharon; estaba en una de esas clases de capacitación laboral, que preparó su propia empresa para empleados sublimes. Estaba participando de uno de esos cursos de instrucción para llegar a ser más eficaz en su cometido.

Eran unos entrenamientos en uno de esos congresos que tan de moda están, ofrecidos a según que sociedades mercantiles por los sindicatos para obtener tajada ambos. Premiando según ellos; a quienes deben hacer los esfuerzos diarios y sacar el trabajo sin rechistar. Hacer participar en esos encuentros a otros empleados que, sin merecerlo, se dejan manipular, a conveniencia de directivos caprichosos y son un tanto lenguaraces. Dando siempre la razón al jefe.

Congresos que se establecían en favor de la industria, aprovechando ventajas dinerarias del fondo de garantías. El ahorro por impuestos fiscales y las tantas exenciones que existen y desconocemos.

Aquella mujer notaba desde el comienzo de las prácticas, que no entendía nada de lo que el instructor del simposio impartía.

Su empeño le empujaba a no quedarse rezagada en aquella tecnología que comenzaron a denominarla entonces, con el nombre de “Inteligencia Artificial”, y a la postre, no le servía para el cometido de su labor en el bufete.

 

Notaba en silencio, que cada día estaba menos preparada, motivada y con carencia para seguir con aquel desenfreno. Aquellas avaricias de presunción alocadas. Las carreras entre compañeros, para demostrar quienes eran las más guapas. Los más persuasivos, las más eficaces y productivas y los que tenían mejor predisposición para embargar su tiempo libre y dedicarlo a la usura de su profesión. Olvidando irresponsablemente, si cabía, a hijos, familia y demás. La causa lo exigía y la presunción por descollar parecía imperativa.

Un correteo inicuo y sin freno amargaba a la licenciada, que sostenía y disimulaba vértigos y desajustes de salud, desde que la habían nombrado responsable general del sistema y exterminio de los virus informáticos de aquella sociedad que, exigida en grado sumo, había dejado de dormir, y de vivir como lo hacen las personas equilibradas.

Igual cada día tenía más viajes y oportunidades en cartera y menos ilusión de seguir luchando en aquella batalla que, a fin de cuentas, era una de las ultimas escaramuzas que libraría en contienda. Primero porque no dominaba el inglés fluido, y de pronto era condición “sine qua non”.

Segundo por su costumbre tan ilícita de dar las quejas consecuentes, cuando algo no estaba dentro de la legalidad y de lo que se pretendía esconder dentro de aquel paraíso arcaico. Mutando su forma de pensar, que tubo de reconducir para mantener aquel estatus.

La última de las tres condiciones era concluyente, inapelable y taxativa, pasando de los cuarenta y cinco años y le quedaban como mucho, tres de presencia, fornida, agradable y sensual, para dar la talla.

Aquellos tiburones del distrito de recursos humanos, que pretendían tener a hombres y mujeres vitales y agresivos. En cuanto les comenzaran a colgar la papada, abultar los estómagos, caer los músculos del antebrazo y los pechos, los ponían en la cola de la prejubilación.

Se notaba decadente, la distinguida Sharon, sin ideas para ser lo que se pretendía de aquella mujer bandera, que no sabía llorar, y siempre llegar con creces a los objetivos abusivos que les hacían firmar a principios de ejercicio.

La tecnología del curso que impartía,  la superaba, y por muchos esfuerzos que ejercía, no llegaba a la comprensión de la materia inicial, ni a comprender sus pretensiones, ni por supuesto llegar al núcleo de la aplicación que allí se manifestaba.

Además de todo eso, tenía que ser una mujer guapa, exclusiva y muy dicharachera en la oficina, no tener problemas de ningún tipo y si había penas, ocultarlas siempre demostrando que podía contra todo y contra todos.

Por supuesto quedar y medir siempre sobre Saúl y Roberto, dos compañeros desalmados que estaban casi, a su altura profesional, pero que tenían una nómina superior y encima eran dos fantasmas ilusos muy delatores.

 

Sin embargo, llegó súbitamente la decadencia, que no era tal; ya que los accionistas y ejecutivos de la firma, hacia más de un ejercicio que lo conocían, pero no lo habían divulgado por inconveniencias generales. Algo que nadie esperaba.

Una fusión, más que eso. La absorción de la sociedad, por una firma francesa, la que dejaba en entre dicho, a según que puestos intermedios y cargos de poca monta. Entre los cuales se encontraba el futuro del simpático Saúl y del casi corpulento obeso de Roberto. 

Aquellos que fueron designados para confeccionar las listas de la purga, en la cual iban todos los componentes de aquella oficina, menos ellos, dado que eran imprescindibles para la buena marcha del ajuste.

La nueva directiva, los mandatarios franceses sabiendo de las prácticas españolas, se pusieron manos a la obra y comenzaron por analizar, el aspecto profesional de la veintena de empleados de aquel reducto.

Como nadie juega a perder, estas dos lumbreras hicieron una escabechina.

Quedando ellos al margen, fueron indemnizados y despachados todos aquellos que no tenían rango alguno, los currantes, los que realmente sacaban el trabajo, despidiéndoles de inmediato.

 

La señora Sharon, fue prejubilada ipso facto. Bastantes años antes de su momento, quitándole los males de cabeza que le comenzaban a dar los virus estáticos, de según que camaradas la acompañaban.

Saúl, el tipo menos agradable del consorcio y el más ruin para compañeros, colegas, clientes y para él mismo, fue descabezado y tuvo que aceptar un traslado fulminante, sin ser de buen grado. Una ocupación de meritorio en una empresa de galletas.

Roberto, en lugar de perder peso, lo ganó junto a una diabetes complicada. Supo venderse a los franceses, como la única alhaja de la sociedad absorbida, queriendo demostrar que era el único oro de ley con que contaba el denostado departamento y al cabo de unos años lo desterraron viendo la poca calidad profesional que atesoraba y las malas artes que reanudaba a su alrededor



Octubre 2023, 07.


 

 



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