Consuelo
en mi silencio, grandes penas.
Ese, que sin decir, tanto propone,
la ausencia del sonido que dispone,
y así, remuevo mis blancas arenas.
No demostraré mi sangre en las venas,
ni reprocharé, a quien descompone
una falacia, y siempre condicione.
La verdad y mentiras por condenas
Con valor añadido recurrente,
por no levantar mi voz, que mantiene,
anónimo el secreto, de mi mente.
Orgullo que no encuentro y no se tiene,
por norma en el silencio de la gente
con la privacidad real. que conviene
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