miércoles, 27 de abril de 2016

El wáter cósmico_ Molondra besaba en los labios

Viene del Capítulo anterior:  La excusa de Don Quijote

Entrega actual:  Molondra besaba en los labios





_ La verdad, que hemos de solucionar asuntos de importancia_. Apuntó Cándido_ Los hijos y, donde nos quedamos a residir, si volvemos a España, cuando nos iríamos, en qué forma, con el pensamiento de retorno, o no regresar y hacer venir a mi hija Olga, son cuestiones que iremos dirimiendo en estos días, y cuando acabe nuestro contrato con la Schissen en Tacna, que para allí iremos los dos en breve. Decidiremos_ Matizó tan seguro Cándido, como aquella luz que les entraba de soslayo.

_ Manolo tomó la palabra, para quitarle hierro al tema y cambiar de conversación diciendo:_ Menudo exitazo con el cósmico. ¡Vaya tela!, lo poderoso del trabajo que hicisteis en el escenario. Pusisteis calientes a medio Managua ¡Que cabronazos!_ dijo señalando a Cándido_, como os cundió el tema y que maravilloso es ver cómo la gente está extasiada con el mensaje que precisamente queríamos enviar. ¡Un éxito rotundo! gracias a vosotros, ¡que sois genios!
Los curas estaban que rompían los pantalones_ gimió con mucha gracia murciana, el vendedor cartagenero_, de lo gordo de sus huevos y por la tensión de sus gaitas. Fue de maravilla y lo mejor de todo las ventas como están funcionando. Parece un sueño; en el país maravilloso de los managüenses, impensable. ¡Genial!

_ No sabes cómo me alegro_, dijo Cándido al amigo; y a las chicas que reían por las expresiones de Manuel_, por lo de las ventas, pero nosotros nos dejamos los espermas en el tablao, y oye ¡Manolo!  _ reafirmo el actor_ Ese trasto; el wáter, funciona tanto, que te pone cachondo en cuanto te sacude, te trastea, y te mete mano hasta las clavijas más cubiertas del culo . ¡Vaya jodido invento chulo! Si ya ni siquiera necesitas estar colocado o caliente. Te sientas en el puñetero cubil, y te pone, ese cósmico de los cojones más caliente que el rabo de un cazo.
Si vieras lo cachonda que puso a Cinta. Creo que se tiró al alemán en la tramoya. Andaba justa de fuerza, y se masturbó entre bastidores. El jodido wáter la puso ciega  ¡No me hagas caso! pero eso dicen los chicos de montaje.

_ Bueno, bueno..., menos lobos_ dijo Mechthild, que eso tendría que verlo y probarlo para creerlo, porque puede ser perfecto pero no creo que lo borde ¡Vamos digo yo Manolo! 
Acto seguido y disminuyendo la profundidad de sus comentarios se miró a Carla para darle paso con insinuaciones y esta sin pensarlo mucho saltó para apostillar con un acento caribeño_ Algo debe tener, porque a Cándido parece que le han dado cuerda esta noche.

_ El que se ha "pirao"_ comentó Cándido_  de momento, por lo menos y ve a saber; que lleva entre manos desde la demostración es: Cheo.
Se esfumó en el mercedes de Fulgencio, y se han perdido los dos jodidos. Algo traman estos dos mamones, ya verás como salen por peteneras.
El silencio textual llegó de improviso y todos quedaron mudos, al querer entender la última frase de Cándido, al referirse a su colega y amigo. Dicha por otra parte, con todo el cariño del mundo y sin pretender ofender a nadie. El palabreo volvió a iniciarse en la voz de Mechthild, que tomando la mano de su amiga le instó

_ Yo Carla, quisiera premiarte por todo lo que vienes haciendo por mí, durante tantos años y lo último ha sido de maravilla, por lo que me gustaría me dijeras que es lo que te apetece te regale, y sin dudar lo tienes_ comentó Miche mientras le oprimía la mano a la Nica policial.

_ ¡Qué decís! Tenés en la cabeza caca_ con expresión nativa, contestó Carla a su amiga. ¡Vos hubieras hecho lo mismo! ¡Ándele que sean felices y no más!

_ Como si no he de agradecerte, tanto amparo y todo el desvelo y averiguaciones desde el riesgo de perder tu empleo, para que yo estuviera siempre resguardada de los daños que hubieran podido surgirme, caso de que Manolo, no hubiera sido un hombre excepcional y precioso.

_ Esa culminación, ese desasosiego nos ha servido a las dos y me ha traído a mi propia casa, la felicidad. Aquella que buscaba y no era capaz de hallar, el destino puede ser. Encantada de la vida_ acabó la frase Carla, distinguiendo a Cándido, que un poco retirado con Manuel, charlaban de sus asuntos.
Quedaron trabando conversación amigablemente las dos amigas, de sus proyectos y ambiciones.




Volando hacia Tacna, ya iba Natalio Rupérez, resucitando en su recuerdo aquel affaire que se suscitó entre Daysi, la gobernanta madura  y su encanto, que ahora a cinco mil pies de altura, recordaba.
Resonaba en su cabeza, mientras que muy en el cielo por la altura del vuelo y sonriente, se le antojaba incrédulo. Volvía a repetirse en su inmediata retentiva, para transportarle al trance de la reflexión súbita. ( Después de haber pasado una noche casi loca, imprevista y novelesca; por las desventuras con la Alcaldesa, y muy lejos de los deseos de Natalio en haber acabado lo previsto, rumiaba.

Aquello que el jefe de la Schissen tenía predicho, que era montarla y acariciarla en su propia cama. Rememoró al detalle todo lo acontecido, sucesos que arrastraba su propia mente, a volver a repasarlos y de una forma subliminal vivirlos de nuevo...

Después de cenar algo en las instalaciones del Gallo, en el Mesón de los Crápulas, salieron unidos en la misma dirección ya sin escolta aparente, aunque estas personalidades jamás se desquitan de ellas, Demostrando que no necesitan respaldo y que carecen de miedo; nos perseguían en la distancia su equipo de hombres salvadores.

Daysi amablemente le invitó a un modesto apartamento que tiene en el centro de la ciudad, a tomar una copa y Natalio accedió dejándose persuadir por ella.

El coche oficial, la dejó dentro del aparcamiento del edificio y al salir Daysi despidió al chofer y le dio instrucciones para el día siguiente. Los dos ascendieron a la sexta planta, en un montacargas magnifico, con aire acondicionado, sillones por si hacía falta, espejos panorámicos y teléfono directo con el exterior. Al llegar a la puerta del coqueto reservado, desde dentro y sin llamar, el servicio abrió de par en par el acceso y les invitaron a entrar.

La alcaldesa desapareció de inmediato por una puerta y a él, dos ayudantas lo cachearon, físicamente con dulzura pero con energía, para ver si portaba armas, o alguna herramienta que pudiese provocar desdoro a la señora Daysi, quedando muy a lo descarado el control a todo el que traspasaba aquella cancela y la vigilancia que ofrecían a la dama del ayuntamiento.

Al punto apareció ella, Daysi, con un suéter gordísimo y unos pantalones de cachemir, que relucían entre las piernas de la mujer.

_ ¿Natalio fue...? _ preguntó la mujer al invitado, como si no supiera su nombre, o lo olvidara en el transcurso del viaje, en la limusina oficial.

_ ¡Sí! ¡Claro Natalio!

_ ¡Ah viste, que se me olvidó de pronto! te decía que te invité a tomar una copa para conseguir  sacar mordida de todo esto. ¡Viste! Yo me comporto de esta traza, no invito a mi casa a nadie para que me ame. ¡No! Ese capítulo, lo tengo más que apurado con mi nena Molondra, que te la voy a presentar y nos servirá una copita de buen ron nicaragüense.

Al pronto se abrió una de las puertas de aquel salón magnifico y salió una joven de unos treinta años, bajita, rubia, sin sostenes y con una falda amplia y corta, más bien un taparrabos, que ocultaba descaradamente el culo respingón de la mocita.

Siempre que permaneciera quieta la tal Molondra, no enseñaba carne, ya que a poco meneo, enseñaba la rajita del culo y del chimo.
Apareció además con una sonrisa y una bandeja de plata nacarada, que sostenía una botella, que depositó sobre un carrito chapado en oro, mientras Molondra, besaba en los labios a Daysi con un regusto especial y casi que con guion de teatro incluido.

_ ¿Cómo fue Daysi, amor? interrogó la destapada Molondra, con una sonrisa de encanto, que regaló al incrédulo Natalio.

_ ¡Bien cielo, pronto estoy contigo. Es un empresario español, que nos viene a regalar un viaje a Europa_ contestó la alcaldesa, para dirigirse a Natalio que disfrutaba de lo que estaba viendo.
_ ¡Comprendes que no!, ¿verdad que lo comprendes ahora? Eso que piensas ¡No es cierto!  _ dijo la política_ A…, no ser que te lo montes con Molondra, por una módica pensión vitalicia.

_ Yo no pienso nada Daysi, simplemente, me he desconcertado un poco. ¡Nada más!

_ ¡Di la verdad, tú has subido creyendo que te invitaba a culear en mi cama y después lo que viniera. Una aventura más para chulear en España, y encima con una alcaldesa, que se dejaba hacer favores por ti. ¡Reconócelo!

_ Creo que me confundes Daysi, he subido a invitación tuya, para mirar de cerrar alguno de los contratos que pudieran surgir entre la empresa que represento y la alcaldía de su ciudad.

_ ¿Ah tu no subiste para cogerme? ¿Follarme, decís en Castilla? _ preguntó súbitamente la despejada mujer_ Entre otras cosas, ¿yo no te gusté? Quizás no soy de tu tipo, ¿igual me atreví? Como lo hacen en tu país. ¿Diferente?

_ Mujer, no me esperaba esto. La verdad. Sin embargo lo vamos a dejar en negocios y cuando estén decididos me voy y punto.



To be continued
Continuará

















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