viernes, 22 de noviembre de 2013

Tordera con Lluvia y Simpatía





La Salida del pasado día 17 hacia Tordera y Breda, fue dificultada por la lluvia, sin embargo ésta no pudo hacernos abandonar en nuestro empeño de salir a "Comer y disfrutar " con los amigos del Fórum para la Solidaridad, que poco a poco se van sumando al grueso de las excursiones, además de aquellos otros que suelen venir desde los tiempos, aportando su fidelidad y su simpatía.
 El autocar se retrasó algo en un día lluvioso, que de verdad apetecía estar al cobijo de una techumbre con un buen cortado y unos churros. A la escucha de música romántica o incluso una buena salsa, cantada por Cheo Feliciano, que es uno de los cantantes que frecuento por su voz y por ser "The Singer"

No nos pongamos nerviosos dijo el capataz de embarque a los intrépidos excursionistas que ya comenzaban a dar señales de nerviosismo por no ocupar sus butacas con la prontitud que ellos pretendían.

A todo esto, aparece un gran auto pulman de setenta y dos plazas para turistas, color amarillo merenguito, que casi no podía aparcar en la parada del bus de la plaza Catalunya que es donde normalmente recogen el personal para las salidas de marcha y de diversión a las que ya estamos todos acostumbrados. El chofer muy serio, bajó se disculpó por el retraso que fue debido al gran colapso que había en la carretera_ ya se sabe y se conoce que cuando caen dos gotas desde el cielo, las carreteras se ponen de pena_ El hombre descendió del bus y se puso un pitillo en la boca, que consumió de seis caladas. Desde una esquina del aparcadero lo veía y me preguntaba, ¿Cuando fumaba, lo saboreaba de esta forma? La contestación me la dio Miguel, que desde atrás me atizó un zarandeo a modo de saludo con el brazo extendido que me sacó de las conclusiones pretéritas. Ocupamos nuestras plazas con la lentitud que llevan los caracoles al estar nerviosos, sin embargo, no hacía fresco.

Amigos todos que lo sepáis, aunque sea difícil de creer, el tiempo ha cambiado, a Fe de Dios, que ha modificado su escala este termómetro tan caprichoso del mes de noviembre, que nos tiene a todos perplejos por las lecturas que tenemos en el ambiente.

Comenzó la marcha lenta y controlada de recoger a los diferentes pasajeros, además en los aposentos del gran bus, se escuchaban los bostezos de aquellos que jamás tienen bastante con lo que duermen y descansan, aquellos aguerridos del colchón y de las sábanas de franela, que no las abandonarían más que para ir a recoger billetes de curso legal.

Las paradas habituales de recogida de personal y ya en la carretera, nuestro speaker nos dio referencia de lo que prometía el día, razonando en lo que íbamos a comer y la cantidad de comida preparada que nos esperaba en el restaurante de Tordera, nos informó del número de la mesa que correspondía a cada persona y de las últimas novedades en cuanto al cambio que se debía hacer en la jornada por el agua que nos amenazaba y por como estarían los accesos y lugares con tantos litros como cayeron en la noche pasada, así mismo de dio debida información sobre las próximas salidas. El día nublado y con intenciones de salir el sol aguantaba la llegada de la lluvia, la temida tormenta que nos presumía desde el cielo, mostraba señales de bondad y de querer que fuera un día de cachondeo a gogó para los naturales y reconocidos graciosos del grupo.

Los comentarios que me llegaban desde las primeras filas del bus eran de distensión y las que me rozaban desde atrás, eran de plena confianza en que todo marchaba a toda vela y que se predisponía una jornada de buenas intenciones y de mejores expectativas.

Tras una hora más o menos de camino por carreteras, llegamos al punto donde se encuentran los dientes y los estómagos, las cajitas de pastillas para la tensión comenzaban a aflorar encima de las mesas, antes de que las camareras, trajeran el embutido y el pan de "payes" con tomate, el vino de la comarca y los demás entrantes que no sabían lo que les esperaba con tanto tragón y tanta hambre.

El Gran Combo de Puerto Rico, en una de sus grandes canciones dice: A comer pasteles, a comer lechón que nos espera el dia con este rumbón,...pues eso... Ustedes mismos imaginen a la señora Blasa, y Don José, mascando y tragando, que ilusión verles como disfrutan del refrigerio, no dejan de marcar con sus ojos al plato de queso que inerte espera ser devorado, ni hablan ni comentan nada, no sea que pierdan bocado y llegue el momento de la alerta de: Todos a bordo, que normalmente lo dice el tío Raimundo y se queden a medias en su labor de llenar el estómago.
 

¡Venga p'abajo too! ¡Está que mete mieooo! ¡Ándele... que es sorda! ...amigos dicen del hambre en el mundo, pero como no va a existir, si estos se lo comen todo. Caras de complacencia, chaquetas medio abiertas, cuellos flojos, palillos entre los labios, y la sonrisa de la felicidad estomacal.

De nuevo al bus, ahora ya si que todos estaban distendidos, tanto que algunos desconectaron de lo que se escuchaba alrededor, con ese sueñecito pachanguero que ni llega por completo, ni te deja espabilado para poder disfrutar de los comentarios que desde el micrófono se expandían entre el perímetro del gran autocar.
 

Visita al gran Service Home de Lloret, donde nos esperaba una degustación de vinos y de licores, amen de alguna delicatesen comestible para acompañar lo que ingeríamos, allí los que desearon pudieron comprar lo que les vino en gana y de nuevo al bus en busca de otro destino, el de la moda. Una ubicación marroquinera instalada en uno de los grandes paseos de la localidad, en la Avenida de Catalunya, que fue el escenario donde nos pasaron unos modelos de ropa de abrigo, toda en piel, donde sus artífices nos la mostraron sobre la pasarela anaranjada, en la cual desfilaron dos de nuestras amigas con un modelo “pret a porter”, de la firma Confecciones Cristina.

De nuevo fuimos en busca de la comida donde le dimos buena cuenta a los platos que sirvieron y que deleitaron creo, a todos los que se dieron cita en el comedor. Podríamos decir con detalle todo lo suculento del manjar, pero casi preferimos que se quede en el tintero, así despertamos la curiosidad de todos aquellos que no se deciden en acompañar a esa caravana de Fórum para la Solidaridad, que comienza a hacer cositas destacadas para todos aquellos que lo necesitan.

Un poco de baile tras la comida y para casa de vuelta.

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