El váter cósmico

Ayer viernes 24 de febrero, fue el día esperado, el que hacía ya, muchas fechas perseguía,
emocionado y cargado de ciertos nervios, esos mismos que sueles tener cuando esperas algo precioso y que en sus últimos instantes se hace de rogar.
La puesta en marcha del proyecto, de mi segunda novela.
El váter cósmico, una entretejida historia actualizada, con un invento inesperado por el mundo, que sirve como nexo de unión de toda la trama que conlleva la historia. Repleta de personajes, a cual de ellos más reales, con sus desórdenes inexplicables, con sus engaños y embustes no reconocidos, con sus anhelos sexuales en camino de hacerse realidad, o con aquellas negaciones que te da la vida, a menudo y, que mueres sin haberlas conseguido.
                                               

Esas vicisitudes habituales de las gentes normales que suelo encontrarme a menudo por la calle, en mi entorno, en mi círculo de amistades. Ya había comenzado la alegría un par de días antes, cuando me llamó Amadeu Alemany, el presentador del programa de radio La república Santboiana, para hacerme unas preguntas dentro de su espacio en las ondas radiofónicas del dial 89.4, al respecto de la presentación del viernes, de mi novela, que además he tenido el orgullo de presentarla como inicio de campaña desde mi Asociación de Poetas de Cornella, con el amparo de nuestro Presidente Alejandro Sánchez de




Ahumada y como no; compartiendo el acto con un colega amigo, que también copresentaba su poemario, "Decires y alondras". Jesús Andrés Pico. Un poeta extraordinario y un amigo.

Trataré de llevar un nexo en esta crónicas para que no se me escape nada de relieve, ya que no quisiera olvidar ninguno de los que me han rodeado y además sería pecado olvidarles en estos instantes tan de alegría compartida, puesto que a todos ellos, los he disfrutado al máximo y si queda escrito, a pesar de que pasen los años siempre, podré disfrutar como un agradecido que lo soy, al releerlo. De esa forma amigos si os apetece acompañarme que doy comienzo a la ilusión.

La presentación a cargo de Jordi Subirá, sencillamente genial. Preparada, comedida, esforzada y de sobresaliente nota. Cual imaginaria puesta a punto, de festival de alfombra roja, con todas sus preposiciones y vocativos imaginarios a la hora de la expresión, tanto la expresada por voz como la que hizo gala en sus gestos, ademanes y poses, que acompañaron al verbo por toda la sala de la biblioteca García Nieto, que es la sede donde normalmente desarrollamos nuestras actividades literarias.
En la mesa nuestro Presidente Alejandro S. Ahumada, acompañado de la Consejera de Cultura del Ayuntamiento de Cornella, Doña Rocío García y del editor de los dos ejemplares que se presentaban Oscar Esqueda de la Editorial Ónix. Además como es natural de Jesús Pico y de Emilio Moreno, los autores de las obras arriba indicadas.
Se inició el Acto con la actuación de los violinistas de la Escuela de Música de Cornellá, los cuales acompañados con la batuta de su exponente la profesora Tatiana, nos deleitaron con sendas melodías que sofocaban de pleno el ímpetu de las prisas, de las cuitas y de los nervios domesticados que se frenaban de por sí, con aquellos sonidos tan especiales y tan maravillosos que les sacan esos virtuosos, a las cuerdas de sus instrumentos.

Preciosa la entrada, que daba inicio al sueño de los autores y que ponía los argumentos literarios en la solfa particular de cada cual, para ser predicados por ellos, en breve.
Nuestro speaker siguió con su crucigrama de presentaciones a la mesa, dando paso al cantautor Alfredo González Vilela, que nos deleitó a su vez con unos arreglos que el propio cantautor, arregló desde letras de poemas tanto de Jesús, como de Emilio, dejando un toque de espiritualidad y de encanto, que solo pudieron recogerlos los oídos de los que ya se habían aposentado en sus lugares, ese público abnegado que nos sigue allá donde vayamos y que siempre nos muestra como bandera, su cariño, su fervor y su amistad.

Tras de ellos David Sánchez, un compañero y buen cantor de nuestra asociación, recitó un poema de Jesús, que nos puso ya en el círculo del propio arco iris central, dejando paso a Pedro Gómez García, otro baluarte de la APC, que leyó un pasaje de la novela del Váter Cósmico, recogida desde las páginas de un original que abrazaba en sus manos.
La tarde se desarrolló amena y entre emociones, canciones, versos y odas, medias ilusiones y tantos deseos amortecidos levitando en las cabezas de todos los allí presentes, que se sumaban a la conjunción emocional del momento.

Oscar el editor habló de los autores y de si obra, pasando y haciendo un poco de memorándum de cada cual, significando lo que él creía oportuno y que le daba una certeza a las publicaciones que estaban allí expuestas y nombradía a sus autores, que escuchaban con atención, el criterio amplio de su editor.
los autores dijeron aquello que en un principio les llegó a su cabeza, proveniente del corazón, ya que no se guiaban de chuleta ni de apuntes previos, sus emociones a flor de labios surgieron en el cuadrilátero literario de la biblioteca. Tampoco es el momento cenital para que los autores puedan expresar absolutamente todo lo que sienten y menos hacer un paseo completo sin dejarse nada en el exponente de su relato, ya que en breves instantes tratan de explicar una trama especialmente grande, con los personajes y vivencias de la novela, sus motivaciones, sus argumentos y sus nervios preciosos al hablar de un nacimiento literario nuevo. En el caso de la novela, en la tesitura del poemario imagino que mi compañero Jesús, diría sus percepciones.
Tampoco os voy a regar con toda la enjundia desparramada en las mas de dos horas que llevó la presentación, ya que hay fotos y pedacitos de película, que los adjunto al escrito y que podréis ir degustando según os venga en gana y sin la autoridad que dejan las letras sobre este manifiesto.

Alejandro S. Ahumada, nos regaló con su voz su bonhomía y también hubo cierto encanto al hablar de forma abierta de su estado, de su enfermedad, que la defiende y la ataca en busca de su curación de forma valerosa y ese ímpetu tan vehemente. Confesó alguna de las características de los autores, de nuestra personalidad y del fonema que solemos darle a los asuntos, tanto literarios como del congreso en nuestras reuniones habituales.
El parecer personal, que tiene de las dos obras, presentadas en ese instante y de la repercusión que imagina pudieran llevar esos dos barcos que salen del puerto imaginario de las librerías y que ambas obras, tomaran distintos rumbos, en pro de sus presentaciones y el destino que naturalmente, en cada obra será diferente.
Buscando el calor de los aficionados, de las establecimientos especializados, bibliotecas interesadas, casas del libro de la ciudad, críticas establecidas y agrados personales de los lectores, que a fin de cuentas son los que mueven todas estas ilusiones.
Rocío García, la Consejera de Cultura del Ayuntamiento de Cornellá, agradeció la presencia de tantas personas en el aula y auspició buenas vibraciones a los dos autores de sendas publicaciones, deseando buena aceptación a lo que allí surgía como nacimientos literarios. Dejando asimismo, los proyectos que el propio Consistorio de la Ciudad, tiene previsto para el futuro inmediato, no sin olvidar y nombrar a los dos autores que en esos instantes y perteneciendo a una entidad de la ciudad, dábamos y ofrecíamos desde la novela presentada, del "váter cósmico", como de "decires y alondras", todo el tuétanos necesario y concerniente, toda la médula literaria calcificada entre los verbos y complementos idiomáticos que usamos para la confección de nuestras historias, que a la postre no dejan de ser nuestras vidas.

Desde mi compromiso, la de autor de la novela y la creación de la crónica que lees, dar las gracias a cuantos intervinieron, amigos, fotógrafos, poetas, transportes, apoyos literarios, editores, técnicos del ayuntamiento, especialistas profesionales, y demás personas. Dar las gracias por la magnifica representación que se pudo llegar a ofrecer desde la mencionada Biblioteca Antonio García Nieto de Cornellá, en la tarde de un viernes XXIV de febrero del año MMXVII