Deisy Destroys,
era una mujer atractiva y muy atenta. Cordial, cercana y muy partícipe con la
comunidad, que se ganaba la vida de forma inaudita. Sin que su pareja actual, y
ningún familiar, amigo o acompañante supiera el oficio que desempeñaba, ni el
lugar donde acudía para recibir encargos y cumplir con su obligación de
jornalera y asalariada.
Tampoco
conocían quien le proveía sus labores, ni por donde recibía sus emolumentos y honorarios.
Mantenía una
relación con Jesús Patricio desde hacía años y vivían felices a las afueras de
la población. En un paraíso lleno de naturaleza y aires límpidos que ayudan a existir.
Mantuvo anteriormente relaciones con dos personas, a las que se les perdió la
pista una vez firmaron el divorcio.
No quería ataduras
de cónyuge ni de amamanto. Prefería estar libre en su mundo y no tener que
ofrecerse en tareas tan complejas y obligadas como tienen las amas de casa.
Ella tuvo
que encargarse de la crianza de sus cinco hermanos, al quedarse huérfana muy
jovencita, y aquellas vivencias concluyeron, con la ambición de estar dedicada
al hogar tradicional.
Presumida
como nadie, limpia y apasionada, era una belleza verla caminar por el barrio,
sin levantar sospechas criminales. Ocultaba perfectamente a lo que se dedicaba
y mientras le fue posible, no quiso, ni pudo difundirlo. Con lo que nadie. Ninguna
persona en absoluto sabía de sus desmanes.
En un
tiempo fue repartidora de enseres raros de una empresa afroamericana. Regentada
por un cártel desconocido, y con apariencia criminal, que operó sin menoscabo
mientras no se descubrió la ingente cantidad de irregularidades que cometieron
con acreedores y el desfalco, hallado por la Fiscalía del Ministerio del
Trabajo. Condena que los llevó al borde y antesala del cierre del negocio y sus
instalaciones.
Dejó de incumbir
Deisy en las listas de empleo del país, y tampoco estuvo inscrita en el
instituto de los desocupados. Sin tardar el Ministerio de Hacienda, relacionó a
esa entidad de <Peligrosa> y tras las oportunas investigaciones y delaciones,
quedó sin consentimientos para desarrollar sus actividades por falta de permisos
y autorizaciones.
Al descubrirse que usaba un entramado
para la distribución de alucinógenos y substancias medicinales altamente nocivas,
los responsables de aquella firma huyeron a destinos desconocidos. Quedando
todos los operarios y administrativos de la plantilla en el desempleo. Donde
posiblemente la dirección de la industria castigada. Antes de desmantelar su
negocio, escogería bajo mano, a los trabajadores más afines y activistas. Para continuar
con sus prácticas siniestras de forma clandestina.
Todas ellas
penadas por la administración correspondiente, como afines al tráfico de
personas y narcóticos. Menudeo, sabotajes y crímenes a la carta.
Hace quince
años, que la ínclita Deisy tuvo que exterminar a un poseso. Se podría afirmar
que tomó cátedra inicial en el delito.
Obligada y
siendo la primera vez que delinquía manchándose las manos en color rojo por la sangre.
Sin muestra de reparos ni atriciones.
En aquel
momento, tuvo que matar a la fuerza. Al tratarse de su integridad y su vida, o
la del agresor. Llevando la peor suerte el pendenciero violador, que ingresó en
el tanatorio sin menoscabo y sin un ápice de compunción.
Después de
una trasgresión interrupta que pretendía ejercer un allegado familiar
indecente, que trató de violarla y penetrarla. Abusando de su cercanía y progenie,
y creyendo que la tal Deisy, callaría para siempre por la ascendencia natural.
Acabando aquel degenerado, en una preciosa caja de pino barnizada en color
roble. Enteramente difunto.
Presuntamente
por un edema cerebral, derivado de un accidente, al desplomarse de una escalera
de quince peldaños. Que es el parte oficial mortuorio que se dio, al desconocer
realmente lo sucedido y su autoría.
No mucho
tiempo después, tuvo que volver a repetir la acción, de forma repentina y
concluyente.
Una noche
que volvía la sufrida Deisy del cine, fue asaltada de forma cobarde y por
sorpresa de un sofocado vecino de su barriada. Teniendo que pararle los pies y
cerrarle la bragueta al desgraciado que intentaba transgredirla.
Sin poder
llegar a desahogarse y concluir, la acción aquel valiente de la oscuridad. Al tropezar
con la experiencia y entrenamiento de la sicaria, que le dibujó su futuro de inmediato.
Hundiéndole un peine metálico que le insertó en el cuello, dejándolo en un
oscuro charco viscoso desangrándose. Recogiendo su púa del cabello y borrando
toda huella. Para que la investigación del evento lo sobreseyera por falta de
indicios,
Desde ese instante, comprendió que toda su belleza corporal, toda su educación académica y toda preparación religiosa, no servía para frenar a tanto desgraciado acosador, que se creía ser dueño de cualquiera de las mujeres que se le antojara y apeteciera. Tomando cartas en el asunto como defensora de tantas desvalidas, que lloran sus desgarros y sus penas.
Desconociendo
Deisy, el procedimiento y el modo, con el que se ponían en contacto con ella.
Ni el lugar de donde le venían aquellas peticiones para que entrara en acción. Recibiendo
el nombre del escogido y el sobre del pago, en el lugar y en la forma más
inverosímil.
Surgiéndole
suficientes trabajos inconfesables para exterminar a cuantos indecentes
existían.
Nadie pudo
relacionarla con los dos actos tan cacareados, en los que protagonizó, por no
existir equivalencia ni pruebas fehacientes de los hechos, pero quizás los
antiguos potentados y forajidos de la empresa donde trabajó, le vieron madera
de Sicaria y eran los que le suministraban la lista con los candidatos a
extinguir y los incentivos tras la ejecución.
Se
convirtió sin parangón en una exterminadora, escurridiza y dilecta. Una resbalosa
y pendenciera asesina de mucho prestigio, que se ganaba la vida aniquilando
a gentuza maligna por conveniencia de terceros.
La airosa Sicaria,
parecía afable y minuciosa, y asolaba suavemente sin escandalizar a nadie. Con
un impecable resultado. Sin imaginarse que le seguían los pasos más cerca de lo
que preveía. Dada su excesiva confianza cometió un par de errores que la
llevaron a un callejón sin salida. Hasta que la detuvieron y ajusticiaron.
Cayéndole
una condena de veinticinco años de prisión permanente y revisable.
Los
periódicos y revistas del corazón se hicieron eco de la noticia y del secreto
severo que las autoridades llevaban oculto, para no levantar suspicacias entre
el pueblo.
Sin embargo
al entrar en presidio, la matona Deisy, levantó la curiosidad de los agentes de
noticias comarcales y de los muchos periodistas de investigación de sucesos,
que trataron de contactar con la acusada Leidy Destroys. Consiguiendo bajo
precio acordado, describir detalladamente sus delitos y antecedentes.
Compendiando
de todo aquel hervor, sucesos espeluznantes y publicar unas crónicas pretéritas
para dar a conocer al gran público sus desmanes desconocidos. Detalles tan anónimos
hasta entonces, que sin duda serían del interés morboso de la mayoría de los
ciudadanos. Dadas las circunstancias del desconocimiento de semejante protagonista,
se desató una vorágine inaudita por saber noticias de las que algunos
consideraban como “La vengadora de los impotentes. Personaje que pasó durante
años desapercibido y sin la popularidad que se le brindaba ahora, por sus actos
cometidos.
Nadie tenía
fotos, reseñas ni detalles de Deisy la Sicaria femenina, y todos se preguntaban
como había podido delinquir tan a su gusto.
El rotativo
Galés, The Criminal Events, capitaneado por Zacarias Stout, se hizo con la
exclusiva de la historia y pudo entrevistar a la Sicaria Femenina en la sala de
visitas del presidio. La que explicó su historia, a cambio de una representación
de los mejores abogados. Para que la defendieran en su causa, a cambio, de la
confesión de alguno de los hechos contados y confirmados.
autor: Emilio Moreno
16 de mayo de 2025
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