domingo, 25 de mayo de 2025

Cometió adulterio con Dylan.

 

El reloj sobrepasaba las once de aquella noche. Llovía a raudales, con exuberancia de aparato eléctrico, que hacía temblar a cualquiera por lo inclemente de la borrasca. La visibilidad no era ni de lejos todo lo diáfana que se necesitaba, para conducir recorriendo con seguridad aquella calzada. Sin embargo no le quedaba otra dirección. Ninguna, a tenor de su suerte.

Logan no estaba precisamente equilibrado ni alegre en aquellos instantes. Ni tampoco se sentía demasiado desgraciado por lo sucedido. Tenía una sensación encontrada entre liberación y desencanto. Después de la pugna prevista con su pareja que tuvo que librar, sin acritud. Dejando las cosas claras en su sitio y desenredando una trama criminal, que estaba destinada al fracaso desde que Kazherine volvió a pisar nuevamente Gran Bretaña. 

Olvidando los malos momentos que pasó, hasta que Logan acudió a protegerla y salvarla de una muerte segura. El único que concurrió. El que la amaba sin que ella le retornase aquel amor, porque jamás lo quiso. Ni recordó los favores y aquella forma natural, del hombre que le brindó cobijo, cariño y amor. Poniéndola en un pedestal.  

Precisó entonces, volviendo al mundo real, que viajaba por una escarpada vía. La comarcal del condado. La resbaladiza y cruel senda del abandono. Sin saber muy bien que camino tomar. Si dirigirse hacia el poblado de Fítol, o ir en sentido contrario en dirección a la ciudad de Bath.

Camino donde tantas y tantas veces, se había jugado el físico salvando sus curvas y los comprometidos cambios de rasante, tan solo por ver aquella mujer, que en realidad lo detestaba.

Después de la ruptura, Logan. Tuvo de nuevo que hacerse fuerte y preservar con pericia los muchos badenes. Tanto los de la senda, como los de su vivencia.

Sin destino definido, no porque no tuviera opciones de llegar a cualquier puerta, que sin duda se le abriría. Si no porque prefería aclarar su cabeza y despreciar todos los amargos instantes que había soportado por parte de Kazherine en el último tiempo.

Rememorar el cómo y el por qué. Había llegado hasta el punto donde se encontraba y entre que preparaba su memoria, le pasaron por su entelequia demasiadas emociones difíciles de asimilar, por estar entrometido en aquel chorreo de ventisca tormentosa y su desesperanza.

Conducía sin la atención necesaria, a riesgo de graves consecuencias por aquellos recovecos que ofrece la ruta del “viniste y no volverás”. La regional que va desde Brístol hasta Swindon. La famosa y conocida Gloucester Road, que atraviesa Horfield.

El aguacero dimitió por unos momentos, poco antes de que a Logan se le escapara el llanto, por aquella mujer que seguía amando. Ya sin posibilidad de enmienda. Kazherine le había confesado los motivos por los cuales lo acompañó en su regreso al Reino Unido.

La venganza contra Evelyn su hermana, que pretendía hacerla efectiva y que le diera tanto padecimiento y dolor, como ella soportó al perder a su hijo. Sufriendo en aquella tierra inhóspita, donde Evelyn la desterró tan solo porque no tuviera relación con el hombre que la preñó.


Logan seguía recordando aquel relato ocurrido. Aquella efeméride más o menos de unos quince años de antigüedad. Después de aguantar lo indecible y ahora, de forma impensable, perder a una mujer que jamás lo amó, ni supo valorarlo porque realmente lo usó para cometer una nueva atrocidad.

La misma que con ingratitud aprovechó el momento más crítico que cruzaba para pedirle ayuda y recibirla a cambio de nada. Para poder seguir subsistiendo en un mundo tan aciago, como es el de los bajos fondos.

Al encontrarse en peligro. Cuando su existencia pendía de un hilo en los suburbios de aquel país asiático. Pagando una severa factura extendida por su propia hermana, que la desterró con o sin razón. De forma despreciable en un mundo infecto, carente y desconocido, muy alejado de su tierra.

Los motivos de aquella expatriación no fueron gratuitos. Obedecían a una promiscuidad. Un engaño que se cobraba la hermana, que además tuvo que soportar el perjuicio. Por lo que fue exiliada, y apartada de la familia por un delito de infidelidad, grave y repetido. Después de cometer adulterio con Dylan, que era su cuñado. El marido de Evelyn, la que despreciándola por adulterina la mandó con ayuda de los gánsteres y maleantes que tenía en nómina, al lugar más alejado que se le ocurrió.

Todo lo más lejos que pudo. Donde creyó que jamás volvería a saber nada de ella y con un deseo. Que encontrara la muerte por inmolación.

Dejándola a su suerte en las calles repletas de vicio, de mierda y de prostitución, para que encontrara la horma de su pecado. Como si fuera una bestia y por haber dinamitado el maridaje de la primogénita.  

Con Dylan, la decisión fue más expedita y grave. Además de ajustarle las cuentas, desapareció de Brístol, para que nadie tuviera más noticias del adúltero, siendo su escamoteo quizás más lúgubre y arduo, por el poco eco que Evelyn diera a la noticia.

En el momento de recalar en la ciudad mesopotámica, Kazherine, iba preñada de Dylan, uno de los ampones de los arrabales de Brístol. Que era el esposo legítimo de Evelyn. Al llegar a la ciudad, aquellos repolludos delincuentes pagados por la “Lideresa”, siguiendo las instrucciones al pie de la letra la abandonaron. Sin contemplaciones, en uno de los distritos marginales. Quizás, el que más degeneración tenía y el paupérrimo por excelencia. En el suburbio del barrio de Chiwaidy, quedando indefensa, y a la suerte de los forajidos de la zona, que además de desvalijarla, le propinaron una severísima paliza, después de violarla y ensañarse al ser mujer europea.

Causa incurable, que le hizo perder el hijo que engendraba. La llevaron a que muriera en uno de los hospitales para extranjeros, sin certeza que pudiera recobrar la salud después de las vejaciones que soportó.

Por la casualidad mas inaudita del mundo, tropezó su expediente con Logan, un joven entonces destinado como diplomático de carrera, en la embajada de su país en aquella región.

Le llegó la noticia que en el University Hospital estaba internada una residente y coetánea suya. En un estado calamitoso, sin documentos, esperando la muerte de un momento a otro. Que ingresaron los bereberes al encontrarla desvalida y desnuda en el zaguán de una alcantarilla. Tras recibir una somanta de palos y detalles que conoció al interesarse por el recurso que encontró sobre su mesa de trabajo. Abusos que le hicieron perder el futuro que fecundaba. Sin familia, y sin detalles de como había llegado a la ciudad más impensable de un país tan distante y feroz. Sin cruzar por frontera alguna, sin documentos y desahuciada.


 

Aquel joven agregado de la embajada, intentó informarse del hecho y al ser imposible resolver nada en la distancia, acudió en su ayuda.

Los médicos ingleses destinados en la delegación, le salvaron la vida, a pesar de no poder ser madre en el futuro, debido a las magulladuras y los excesos que tuvo que soportar su cuerpo. Logan siguió visitándola, hasta que recuperó la salud.

Kazherine era una guapa mujer, esbelta, rubia, y con una educación esmerada, que supo granjearse la amistad y el deseo del diplomático, y acabaron viviendo juntos. Enamorándose de la fina mujer galesa. Con la que vivió en aquel inframundo, durante cinco años, sin saber demasiado de sus cuitas y de su pasado. Gracias a los contactos y favores que le debía gente de su propio país, Kazherine, supo enrolarse a espaldas de Logan, con el aturdo y las mafias del tiempo, y del país. Consiguiendo amparada por su compañero, por la labor de estado que hacía y por sus propósitos, posición, capital y prestigio.

Supo esperar el momento y cuando el destino del agregado de la embajada volvía y retornó a su país de origen, iba acompañado de Kazherine.

Los que pudieron establecerse, dentro de la holganza que producen las libras esterlinas. Favores inconfesables de gente agradecida, que devolvía el tributo. Beneficios políticos y lucros bajo cuerda de su bella y espigada compañera.

La realidad volvió a la cabeza de Logan que respiró profundo, una vez había remitido el riguroso temporal de lluvia y de viento.

Se aclaró un tanto y se reconoció más fuerte y seguro en aquella negra noche, que comenzó muy nefasta por tener su concepción en blanco. Con lo que pudo evadir aquella tempestad de agua, rayos y truenos que amenazaban como remate.

Había recordado con detalles significantes, la vida que llevó con su pareja en tierras orientales. Felicidad. La suya propia. Kazherine, dichosa con él, jamás lo fue, y ahora agradecía las consecuencias y su ruptura emocional, porque las intenciones de aquella mujer tenían tan solo una meta. Vengarse de Evelyn por haber sido la responsable de su destierro, sus daños y sobre todo, perder a su hijo, el engendrado con Dylan.

 

Transcurrieron dos meses, cuando Logan, leyendo el Brístol Post, en su nuevo destino de Puerto Príncipe, conoció la noticia que iba en portada. El hijo de la afamada Evelyn Graves, dueña de un imperio en Gales, había sido asesinado. 




Autor: Emilio Moreno
25 de mayo de 2025.

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