Soñando una noche
vino a mi cabeza
todo aquel derroche
con tanta crudeza.
¡Cuando no esté! Sé; que lo pagaré con un gran silencio,
con la ausencia forzada y sin la primordial inocencia,
sin que nadie me extrañe por un menoscabo y presencia.
Mi memoria me ataca por infiel, dentro de mi quicio.
Con mucho reproche
y poca fineza
eludí aquel bache
siendo una proeza
¡Cuando no esté! Mi olvido llegará gradual, sin
suplicio.
Siendo realidad, como a tantos que les pasa, en
su ausencia.
Así que, recordándoles, es dar vida y
trascendencia.
Nada perdura para siempre. Dice el pausado anuncio.
Miedo a troche y moche
y poca pereza.
Resonó un reproche
y noté tristeza.
Nadie muere del todo, si se le nombra con
aprecio,
si su rostro se queda en nuestro recuerdo con
influencia,
por el cariño, su afecto, y muchas veces su
apariencia.
Tampoco expira aquel que se perpetúa con
desprecio.
Y cuando me aceche
con mi sutileza,
sentiré un despeche
con mucha agudeza.
¡Ay! de los que jamás se recuerdan; por no ser
propicio,
igual pasó sin gusto ni gloria. Sin tener
licencia.
¡Que pena!, cómo nos castiga la usanza y
subsistencia.
Somos humanos. Raza incontrolada sin más
prefacio
Ni café, ni leche
tome una cerveza
me subió en el coche
No se acaba, empieza.
..
.jpg)


.jpg)
.jpg)
.jpg)
.jpeg)



.jpeg)
.jpg)
.jpg)
.jpg)











.jpg)

.jpg)




.jpg)


.jpg)
.jpg)
.jpg)