sábado, 3 de diciembre de 2016

Dicen que la distancia es...


















Quizás ellos, ni me recuerden.
¡Para qué molestarse!
No han perdido nada con mi ausencia,
solo me usaban para distraerse y reírse a mis espaldas.
y me olvidaron.

Me borraron de su mención,
con alguna excusa lábil, de esas que no se mantienen
y que ellos solían usar, como contrición,
pero, no saben lo que he ganado yo con su distancia
con ese descanso que da, no escuchar tan solo quejas,
mentiras y nombradías.

Les tenía cariño, mi afecto iba creciendo cada día,
me considero humano y es lo que me pedía el cuerpo
ante aquellas manifestaciones de felicidad que extendían.
Resultando ser falsas a medida que los plazos
y conveniencias se extinguían.

Duele el trago, duele el amargor que deja el desaliento
punza lacerante aquel no saber ¡por qué!
Lastimando mi coraje y mi aliento
¿Fue un contagio amigable de un solo uso?
¿Tan solo en la dirección de la conveniencia?
Me pregunto haciéndome el iluso
¡Para qué molestarse!

Si no me aportaron nada sus presencias
El despecho desmayado me molesta,
y la única ganancia fue para mí allegada,

la tan traída y mencionada: experiencia.





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